Un violín que amplifica el espacio
Un espacio que amplifica el movimiento
Un movimiento que amplifica el sonido
Un sonido que amplifica el violín
Una pieza en tres movimientos
I. violín y dos arcos
II. violín y cuerdas de gran longitud
III. violín y magnetófono
Ellen Fullman, Laurie Anderson y Pauline Oliveros atraviesan la propuesta sin ser punto de partida ni homenajeadas, sino como encuentro en una deriva propia.
Gracias a la toma de conciencia de los parámetros que operan en mi relación con el violín instrumento/cuerpo/espacio/sonido, he abierto una investigación escénica que me ha llevado al desarrollo de una nueva técnica violinísica en la que tocar con dos arcos. Este hallazgo supone una expansión sutil y determinante de las posibilidades sonoras del violín: hacer sonar las cuatro cuerdas a la vez, dobles cuerdas con cuerdas intercaladas, someter una cuerda a dos rozamientos simultáneos, aproximación a un son filé infinito…
A otra escala, una instalación de cuerdas donde el espacio es entendido como instrumento o el violín como centro de acción e interacción, en palabras de Verónica Zidarich. Activar este espacio-violín implica desplazamientos entre las cuerdas, fricciones y golpes que ponen en vibración la propia estructura arquitectónica que funciona como caja de resonancia.
Para cerrar la pieza, la cinta magnetofónica y el propio magnetofón se presentan como arco autónomo. En un bucle de cinta, las cuerdas del violín son friccionadas a modo de sutil zafona en la que el instrumento se redimensiona a través de texturas basadas en armónicos y sonidos mínimos.
Una pieza de Luz Prado con la escucha de Elsa Paricio y Silvia Zayas.
Iluminación Cristina Bolívar.
Duracion 50 min.
Festival ZIP, Teatro Español, 28 y 30 de junio, 2019.